En un proyecto, en una empresa, en la vida, todos pueden sumar. Cada uno a su manera, con sus capacidades y responsabilidades, y también con sus limitaciones. Por ejemplo, en el éxito final de esta carrera, seguro que tuvo mucho que ver esta señora. Y no es posible para ella correr la cursa.
A veces un apoyo, una ayuda, un gesto a alguien que lo pasa mal y está sufriendo, una sonrisa, es un impulso extra que te permite seguir peleando y llegar a la meta. Como en el vídeo, es posible sacar una sonrisa aunque te falte el aire.
En cambio, un feo gesto, una mala contestación, puede provocar todo lo contrario: desmotivación, dejadez, desidia, desapego.
No hay que subestimar el poder de los gestos verdaderos. No cuestan dinero, y pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
«El socorro en la necesidad, aunque sea poco, ayuda mucho».
Mateo Alemán (1547-1613)