Todo el que haya tenido perro alguna vez sabrá que es bastante común llegar a casa después de un largo día y encontrarse con que el perrito ha hecho de las suyas, en especial cuando hablamos de cachorros.
No falla. Les regañamos por algo que han hecho mal y automáticamente ponen una carita de culpabilidad que ni ensayada les sale más creíble. Pero, según algunos estudios como el de The Associated Press, esa cara de perrito triste y culpable no es más que una reacción automática al enfado del dueño, ya que los perros no tienen la capacidad de asimilar sentimientos como la vergüenza o la culpabilidad.
Sea como fuere, cuando ponen esa carita triste, los dueños solemos ablandarnos y quitarle hierro al asunto. ¡Si es que son muy listos! Y si no, mira el siguiente vídeo recopilatorio en el que podemos ver a una serie de perros que sabía lo que hicieron mientras estaban solos en casa: