Durante los últimos años, hemos podido leer en un montón de webs una información discutible sobre si Mozart se llamaba realmente Amadeus. Por ejemplo, esto es lo que se publicaba en el portal NoSabesNada hace unos años:
«Mozart no se llamaba Amadeus. Su auténtico nombre era Joannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart. ¿De dónde viene, entonces, lo de Amadeus? Un príncipe prusiano quedó tan impresionado por la música del joven compositor que le rebautizó cómo Wolfgang Gottlieb (vocablo alemán que significa “amado por Dios”). A Mozart le pareció una cursilería, y se burlaba de la anécdota en cartas escritas a sus amigos: “Ahora tendréis que llamarme Wolfgang Amadeus”, traducción latina de la palabra germana».
Sin embargo, el blog Ya está el listo que todo lo sabe ha querido poner fin a este bulo desmintiendo esa información como parte de su sección ‘Destripando Mitos, Leyendas Urbanas y Supersticiones’ . Según este medio, Amadeus no era ningún apodo del compositor sino que realmente era la forma en latín del griego ‘Theophilus’ o del alemán ‘Gottlieb’.
Por ese mismo motivo, podemos encontrar el nombre del conocido músico y compositor escrito de esos dos modos. Es cierto que dichos nombres (que en castellano son traducidos como ‘Amadeo’ o ‘Teófilo’) significaban literalmente ‘Que ama a Dios’. Reproducimos parte del artículo del conocido blog: «En su certificado de bautismo (del 28 de enero de 1756), el compositor aparece registrado como ‘Joannes Chrysost Wolfgangus Theophilus’; los dos primeros nombres (Joannes Chrysostomus) por el santo que se celebraba el día de su nacimiento, Wolfgangus lo recibía por parte de su abuelo paterno y Theophilus de su padrino de bautizo: Joannes Theophilus Pergmaÿr».