Ya sea por una enfermedad, por estar padeciendo una lesión, por un viaje, porque nos hemos enganchado a los casinos online tipo tiradas-gratis.es, o bien por un cambio en nuestro estilo de vida, puede darse el caso de que en un momento dado dejemos de salir a correr, o cualquier entrenamiento al que hayamos acostumbrado a nuestro cuerpo.
El ejercicio físico ha terminado. Tu cuerpo se va a quejar, pero es posible que vayas a dedicar ese tiempo a otras actividades y que no seas capaz de compaginarlo todo.
Abandonar el deporte está relacionado con el riesgo de padecer enfermedades de carácter cardiovascular, trastornos metabólicos varios y patologías crónicas.
Los expertos calculan empezaremos a notar pérdida de masa muscular (de entre un 7-12%) a partir de la octava semana tras haber abandonado el entrenamiento.
Por otra parte, el glucógeno muscular (que no es otra cosa que el combustible que ayuda a que el organismo funcione correctamente), se verá reducido en torno a un 40%.
Estos porcentajes irán subiendo todavía más mientras no practiquemos deporte.
Nuestro cuerpo se volverá más fofo, incrementará el porcentaje de grasa corporal, subiremos de peso, se incrementarán los niveles de colesterol del organismo, etc. Conviene no olvidarnos de que la inactividad física provoca la muerte de más de 5 millones de personas a lo largo del mundo, por lo que es algo que no conviene tomarse a broma.
Al abandonar el entrenamiento se reduce el trabajo al que los músculos se han acostumbrado, el organismo consumirá menos oxígeno y esto hará que no aproveche bien sus recursos, ni su rendimiento. Por otra parte, generará menos dióxido de carbono, se desacelerará la circulación porque la musculatura no pedirá aportes extra de oxígeno para estar activa.
Pero el que sin duda es el cambio más significativo que vamos a experimentar es el de la pérdida de fuerza y de tono muscular. Perderemos agilidad, coordinación y la movilidad del cuerpo también se verá ralentizada.
El metabolismo (que es un conjunto de procesos químicos que hace que el cuerpo convierta los alimentos en energía), se verá obligado a almacenar energía que no gastará. La dieta nos seguirá proporcionando una buena cantidad de energía, pero no la terminaremos utilizando para lo que hacíamos antes y su acumulación puede ser más peligrosa de lo que parece.
Estas son las principales consecuencias de lo que ocurre en el organismo si dejas de hacer deporte.